El sureste ibérico es, como todos sabemos, una de las regiones más accidentadas, de cuantas compone el variado mosaico de la península ibérica. La provincia de Almería constituye un placer difícil de encontrar en el Mediterráneo. El mar y el desierto conviven con la huerta más fértil y productiva del continente.
Se trata de un entorno cercano, rico y variado en cuanto a paisajes naturales desiertos, bosques, playas, valles, y sierras, de las que hablaremos a continuación.
Almería está atravesada de oeste a este por diversos macizos montañosos de origen alpino, integrados en la Cordillera Penibética. Esta singular disposición orográfica es en gran parte responsable del histórico aislamiento tanto de la provincia en relación con el resto de España como de las distintas comarcas almerienses entre sí. Almería consta de cuatro sierras que superan los dos mil metros de cumbre.
Las sierras litorales y prelitorales más importantes están conformadas por Cabrera, Almagrera, Los Pinos, El Aguilón, Almagro, Bédar, Atalaya y Alcornia.
Sierra de Alhamilla
Sierra de Almagrera.
Sierra de Gádor.
Sierra de la Contraviesa.
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